Me presento, soy un asiduo a este blog y creo que es el momento de contribuir a este blog con una entrada relativa al Sonorama 2014, pero quiero darla desde otro punto de vista, el que me ha tocado vivir este año desde fuera, vivir los conciertos matutinos sin pulsera, sin esa pulsera que te da derecho a decir: “yo soy Sonorama”.
Por circunstancias laborales, este año me fue imposible
acudir al Sonorama como bastantes ediciones venía haciendo….Como trabajo en el
mismo Aranda de Duero, tenía que conformarme con acudir a los conciertos que la
organización había planificado en el centro de Aranda por las mañanas, dejando
de lado los conciertos del recinto ferial y por lo tanto, sin la necesidad de
usar un abono para disfrutar de algo de música. Al menos desde mis ojos, mi
opinión sobre el festival ha cambiado por completo.
Usaré un solo día para contaros mi aventura gratuita por el
festival, aunque todos los días por la mañana estaba ahí como un clavo para
disfrutar de la poca música que tenía suerte de escuchar. Aunque ningún día es
igual a otro, me centraré en uno solo.
Al azar elegiré el viernes: Suena el despertador, 10:30 de
la mañana, despertarse en una cama, un desayuno y una ducha calientes y
saliendo de casa con tiempo de sobra para llegar al primer concierto del día…
Llego a la plaza del trigo, son las 11:55, quedan 5 minutos para el comienzo
de The Handicaps y la plaza roza el
vacio, comienza el concierto, el grupo, muy buenos, buen sonido, animados y
leyendo a la perfección el directo que tocaba hacer para el lugar y la hora que
corresponden. Como las moscas a la miel, los sonorámicos empezaron a llegar con
algún síntoma de resaca y cansancio, pero yo lo tenía claro, llegaban con
diferente “rollo” al mío, cerveza y calimocho ya ocupaban sus manos, mientras
que yo mantenía una total sobriedad, ese era el plan. La energía de las masas
que iban llegando a la plaza y las ganas de música hicieron que más de la mitad
del concierto de The Handicaps fuera una buena fiesta. Con la plaza ya a
rebosar llegaba la hora del que para mí (y para muchos otros al parecer) sería
el plato fuerte de la mañana, Perro.
Ver
disfrutar a gente sin pulsera, a gente que no sabe ni a qué grupo está viendo,
pero que le está haciendo bailar y disfrutar, gente que iba a la plaza para echar
un vistazo y se ha sentido atraído por el ambiente y sin darse cuenta, muchos
son convertidos, potenciales sonorámicos para futuras ediciones, al igual que
le pasara al protagonista de “Fans de John Boy”. El concierto de Perro acabo
con un desfase total y con un concierto que bien mereció y tuvo su cántico de:
“Escenario Principal”.
A continuación, salieron a escena “Correos”, que se
dieron un buen festín y estuvieron muy a la altura sorprendiendo a gran parte
de la plaza con su sonido y su directo, así
como de su entusiasmo y ganas de fiesta. Parecía que la mañana y por lo tanto, para mi,
el día había acabado, pero para mi sorpresa en el escenario se personó el
coordinador del festival, Javier Ajenjo,
que con grandes palabras hizo vibrar a la gente, y anunció una sorpresa, Niños
Mutantes iban a tocar ahí, en ese preciso instante.La gente no cabía en sí de
la emoción, Niños Mutantes salieron a escena con un amplio repertorio de
versiones que hicieron reventar a la plaza a base de cánticos y bailes. Pusieron
la guinda al pastel tocando su tema Errante para acabar el concierto…El
concierto acabo en éxtasis total y con él, mi día de Sonorama. Todo había sido
genial, había disfrutado de los conciertos totalmente sobrio y desde otra
perspectiva, y he de decir que fue toda una experiencia vivirlo de manera
diferente.